Muchos españoles desconocen el gran potencial turístico que tiene la provincia de Palencia. A menudo, cuando planifican sus viajes, les asalta la duda: ¿Qué ver en Palencia? ¿Es recomendable planear una escapada a esta provincia de Castilla y León?
No cabe duda de que Palencia merece no uno, sino varios viajes. Y si no, pregunten a quienes ya la han visitado: suelen admitir su sorpresa al disfrutar de una provincia agradable, bella y rica en patrimonio y reconocen sus ganas de volver pronto para saborear, entre otras cosas, su vino y su gastronomía.
Desde este blog de la Finca El Cercado, un alojamiento único y exclusivo ubicado muy cerca de la capital palentina, nos gusta aportar ideas para quien se plantee un fin de semana o escapada a Palencia. Hemos visto, por ejemplo, cuáles son los planes imprescindibles para disfrutar en invierno o qué rutas podemos hacer planificando nuestra escapada y usando nuestro smartphone como guía.
En esta ocasión, nos adentramos en su Semana Santa, Fiesta de Interés Turístico Internacional.
Castilla y León es una de las comunidades autónomas de referencia para los amantes de la Semana Santa: la Pasión de ocho municipios han obtenido la declaración de Fiesta de Interés Turístico Internacional (Ávila, León, Medina del Campo, Medina de Rioseco, Salamanca, Valladolid, Zamora y, cómo no, Palencia).
La Pasión palentina obtuvo este reconocimiento en el año 2012. Y es que su calidad ha ido creciendo con los años gracias al esfuerzo de las Cofradías y al cariño con que se organizan sus procesiones y actos religiosos.
Como no podía ser de otra manera, la Semana Santa de Palencia hace gala de ese recogimiento y sobriedad que caracteriza las procesiones castellanoleonesas. Y a esas virtudes se añade su incuestionable atractivo cultural y artístico y el arraigo de sus procesiones y Cofradías, algunas de ellas de varios siglos de antigüedad.
Actualmente, un total de 9 cofradías organizan 14 procesiones y conforman la Hermandad, cuya web oficial (www.semanasantapalencia.com) informa de todas las novedades de cada año.
Desde el siglo XIX la Semana Santa palentina ofrece una particularidad: todas las cofradías desfilan en las procesiones, aunque la organización de las mismas dependa de distinta cofradía cada día. Durante el transcurso de la procesión destaca, además, el orden con el que desfilan los distintos elementos.
La imaginería de la Semana Santa de Palencia destaca por su calidad y belleza, siguiendo la estética de la Escuela Castellana y con algunas obras de reconocidos autores como Alejo de Vahía o Víctor de los Ríos.
De los 35 pasos que salen actualmente en las procesiones, 27 pertenecen a las tres cofradías más antiguas (Jesús Nazareno, Santo Sepulcro y Vera-Cruz).
El tararú y otras curiosidades de la Semana Santa palentina
Si hay un símbolo que represente la Semana Santa palentina, ése es el Tararú. De nombre onomatopéyico, esta larga trompeta que marca el ritmo de la procesión parece evocar los instrumentos de viento romanos que anunciaban las condenas. Su característico sonido se asocia a la Semana de Pasión palentina, hasta el punto de que a los penitentes se les conozca como «tararús».
Este instrumento está presente también en la tradición de la Llamada de Hermanos, que desde hace unos años se ha recuperado, y que consistía en que un grupo de hermanos acudían a las casas de los cofrades en la víspera de las procesiones para avisarles de las mismas mediante tres toques de vara acompañados por el tararú.
Como decimos, la presencia de todas las hermandades en las procesiones es una singularidad propia de la Pasión de la capital palentina, y se hace presente en la tradición del Saludo de estandartes, un gesto ceremonioso con el que los hermanos que portan la insignia muestran su respeto por las otras cofradías y por la imagen que procesiona.
Procesiones
La Semana Santa se inicia el Viernes de Pasión con la procesión de la Sentencia, un acto nocturno organizado por la más joven de las Hermandades. El sábado de pasión se celebra la procesión de la Piedad y Reconciliación al caer la tarde. El domingo de Ramos por la mañana tienen lugar la Procesión Litúrgica de Ramos y la Entrada de Jesús en Jerusalén, mientras que por la tarde se celebra el Santo Rosario del Dolor.
El Lunes Santo tiene lugar una de las procesiones más curiosas de la Semana Santa palentina: la de Las Cinco Llagas. Presidida por la Cofradía de NP Jesús Crucificado NM Dolorosa, la talla de Jesús Crucificado, de Alejo de Vahía (siglo XIV) parte de San Francisco a la Plaza Mayor, donde se encuentra con las otras cofradías para celebrar el Acto de Vestición, en la que dos hermanos de cada cofradía se colocan el hábito.
En la tarde del Martes Santo es posible presenciar una de las procesiones más tradicionales y populares: la del Prendimiento, en la que se emulan las turbas que acudieron al Huerto de los Olivos a prender a Jesús y cuyo acto central tiene lugar en la iglesia de San Miguel.
Los actos del Miércoles Santo se inician con el Santo Vía Crucis a las 20 horas, que da paso a uno de los cortejos más emocionantes: el de Luz y Tinieblas (22,45 horas). En el interior de San Agustín, los cofrades de la Hermandad Franciscana entonan salmos al tiempo que van apagando las velas una a una, hasta que la iglesia queda en penumbras. Entonces suenan las carracas y dan paso a la eclosión de la luz y, con ella, el inicio de la procesión, que discurre en absoluto silencio. Seguidamente, ya en la medianoche, se celebra la procesión de la Quinta Angustia.
El Jueves Santo por la mañana tiene lugar la tradición del Indulto de un preso y por la tarde, la Oración del Huerto, en la que se dan cita espectaculares tallas, como las de Nuestra Señora de la Vera Cruz y el Lignum Crucis.
En la madrugada del Viernes Santo, a la una en punto, la Cofradía Jesús Nazareno preside el sobrecogedor cortejo del Silencio y Penitencia.
La procesión de Los Pasos, a las 11 de la mañana, permite disfrutar del alto valor artístico de las imágenes barrocas. Ya en la tarde tiene lugar, a las puertas de la Catedral, la recuperada tradición de la Función del Descendimiento, a la que sigue la procesión del Santo Entierro, llena de sentimiento y recogimiento.
Llegamos al Sábado Santo con el Santo Viacrucis a nuestros mayores y las procesiones de El Dolor y la Soledad de la Virgen, en las que es posible admirar las bellas imágenes de María en un cortejo que también rinde homenaje a todas esas madres que luchan por sus hijos.
A las 8:30 de la mañana del Domingo de Resurrección la alegría vuelve a las calles palentinas con El Rompimiento del Velo, en el que se representa el fin del luto mediante el encuentro de dos cortejos: el que porta la imagen de la Virgen cubierta con el velo negro, que parte de la sede de la Vera Cruz, y el que preside el Santísimo desde la Iglesia Conventual de San Pablo. Ambas imágenes se encuentran en la Plaza Mayor, donde se despoja a la Virgen de su velo y se concluye la Semana Santa con la tradicional colación de hermanos, una degustación de pan de anís y limonada.