Fuimos a disfrutar de unos días de desconexión durante el puente de mayo con familia y amigos. La finca es preciosa y es la combinación perfecta entre rural y confort. Los cuartos eran preciosos y estaban perfectamente equipados, cada uno con su baño. Fuimos con un bebé de 8 meses y cuando llegamos teníamos preparada la cuna con las sábanas, una manta para el bebé y además, una toalla, cosa que nos vino genial para su baño. Nos habían dejado puesta la calefacción en el cuarto cerca de la cuna, supongo que pensando el bebé, están atentos a todo y cuidan cada detalle. La cocina, baños, salón y comedor están perfectamente equipados, además de ser preciosos como el resto de la casa. Cualquier cosa que puedas necesitar, esa que no sueles encontrar cuando alquilas una casa, está, cosa que hace que te sientas como en tu casa. Experiencia de 10! Muchísimas gracias a Cristina y a su hijo Álvaro! Repetiremos!!
