Nos alojamos en la casa de invitados, y no la faltaba un detalle, ¡había de todo!. Al ser una casa de piso bajo no hay apenas escaleras y eso resultaba muy cómodo. El entorno es una maravilla y la piscina increíble. Además hay muchos animales: burrito, cabra, ardillas, liebres, conejos, perretes… no te aburres ni un momento. Cada vez que paseas ves rincones diferentes y todos ellos preciosos. Además es muy seguro, pues al ser privado no pasan coches, y mi perra podía ir suelta todo el rato (ella estaba feliz y yo muy tranquila). Totalmente recomendable.
